Hoy, 28 de julio, es un día especial en la historia de la educación argentina. Celebramos con orgullo los 175 años de la fundación del Colegio Superior del Uruguay "Justo José de Urquiza", inaugurado en 1849. Este emblemático colegio, creado por el General Urquiza, ha sido el alma máter de destacados líderes, personajes y profesionales de todo el país y más allá.
Una historia de excelencia educativa
Desde su inauguración, el Colegio del Uruguay se destacó por su enfoque innovador en la educación. Se impartían estudios superiores, una Escuela de Derecho y otra de Estudios Militares, atrayendo a distinguidos profesores europeos, especialmente republicanos franceses. Esta influencia sumó a la formación de los jóvenes, preparándolos para convertirse en futuros líderes.
El General Urquiza soñaba con un colegio que acogiera a estudiantes de todas partes, y así fue. Con hasta trescientos escolares de diversas regiones del país y países vecinos, el colegio se convirtió en un crisol de culturas y saberes. Urquiza, comprometido con la educación, se aseguraba de que todas las necesidades de enseñanza y de los internos fueran atendidas.
Experiencias que marcan vidas
Queremos recordar un episodio que resalta la importancia de las experiencias educativas vivenciadas a través de los tiempos. En una carta fechada el 23 de mayo de 1892, uno de los administradores de la estancia San José, el señor Amestoy, relataba a Dolores Costa la notable impresión que dejó en los estudiantes una visita al Palacio San José. Los alumnos no solo recibieron una lección de historia a través de palabras, sino que vivieron la historia de manera inmersiva.
Amestoy destacó cómo esta experiencia asombró a los jóvenes, llenándolos de admiración y aprecio por el pasado que estaban explorando. A continuación, transcribimos la carta completa, un testimonio invaluable de esa vivencia educativa:
Concepción del Uruguay, Mayo 23 1892
Señora Dolores:
Vino ayer su jardinero y trajo su estimable carta del 20. Su telegrama del sábado ya estaba aquí, pero como quiera que ese día me había ido a San José llamado por Don Juan José, recién hoy encontré aquí jardinero, carta y telegrama.
En el mismo carricoche que me trajo mandé de regreso al susodicho jardinero, de suerte que la demora de algunas horas no le cuesta a Ud ni tampoco un cobre, porque aquel comió y durmió en mi casa y hoy fue a San José en el carricoche de la casa.
No lleva Ud, señora, ni mucha ni poca razón tachando de perezoso para escribir, porque en los pocos días de Ud falta le he escrito con esta seis cartas y algunas copias de escrituras, etc., que podían despaletar a cualquier vasco molinero.
Además, tuve a mi mujercita unos cuantos días enferma de algún cuidado y esa circunstancia me privó de ir a San José el 15 y privó a Ud de la crónica de aquel acontecimiento que en mi concepto reviste verdadera importancia. Me refiero al paseo que con fin científico realizó el Dr. Zubiaur con los alumnos del Colegio del Uruguay, a la histórica morada del Libertador de la República. El principal objeto de esa excursión era que el Profesor Frankenberg diera una lección de historia contemporánea en presencia y sobre los cuadros del palacio, que representan varios episodios de las batallas en que el General actuó preparando el golpe dado a la tiranía en los campos de Caseros.
Infelizmente, el Profesor de historia se enfermó y la lección no tuvo lugar; pero los jóvenes, si no oyeron la palabra del maestro, en cambio lo vieron todo, todo examinaron y regresaron a este pueblo contando lo que habían visto, llenos de agradecimiento a los dueños de la casa que les trataron con la mayor gentileza, de tal suerte, señora, que sin exagerar puedo garantizarle que estos jóvenes estudiantes y sus profesores, hasta hoy, no tienen palabras sino de elogio por San José y por sus Dueños.
Y esto no es todo, porque para mí vale mucho más el efecto moral que ha producido en la Provincia este acontecimiento de ir a honrar la memoria del fundador del Colegio, en el mismo sitio en donde el puñal de aleves asesinos le quitó la vida.
Cipriano y Juan José se han conducido correctamente haciendo los honores de la casa.
Entre Zubiaur y Juan José hubo un cambio de cartas que Ud habrá leído en los diarios, pues la de Juan José fue publicada, así como el telegrama que dirigió a Ud el cuerpo docente del Colegio y el que los alumnos le dirigieron también.
Por San José y las estancias no hay novedades; se continúa marcando y señalando; creo que llevan señalados más de 3000 terneros y falta otro tanto.
En la Colonia se está sembrando muchísimo trigo.
Sus medianeros de “Achiras” y [ …] han pedido ya 50 fanegas y entre estos y los otros sembrarán más de, según calcula Juan José, más de 200 y tantas fanegas.
Las heladas se pronuncian de una manera notable; las de anteanoche y anoche fueron tremendas.
Las haciendas en baja y los frutos por consiguiente.
No olvide mandar su Letra que vence el 25, creo en este Banco [ …] y hay que renovar el 26 o el 27.